Una brisa fue la sombra que me acarició en medio del sol, el silencio formó la gratitud de la nada que me envolvió del ruido y un colibrí voló ante mis ojos presagiando fortuna. Las estrellas me sonrieron mientras una mano deseada me acariciaba, seguramente tú lengua dibujaba mil flores en sincronia perfecta con Dios.

Si me imagino todo esto es posible que alguien pensara en mi.

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