Los amigos, a veces, no necesitan palabras, sólo con mirarse se dicen mil cosas y comparten, una manera especial de ver la vida. Los amigos, a veces, se dicen palabras duras, se discuten, se hieren y se reconcilian con un abrazo. Los amigos siempre dicen la verdad, aunque duela, aunque no sea sencillo.
Los amigos son dos almas que aprenden juntas la sinceridad, la solidaridad y la alegría.



Nuestra amistad va más allá de los límites;
es pura, verdadera, duradera.
Ha pasado por grandes pruebas
y aún así sigue intacta, como en un principio.

No hemos hecho grandes cosas
pero sí muy significativas;
no hemos recorrido grandes distancias,
pero sí por caminos pedregosos.

Y a pesar de todo,
del tiempo, de la distancia,
de las cosas que no dijimos,
de lo que no hemos compartido,
seguimos firmes en un mismo sentimiento.



¡Simplemente...somos amigos...!