Quien que tenga un hermano,
a Dios, no haya agradecido,
que pueda chocar su mano,
cada vez, que hemos querido.
Reír, llorar, jugar, contigo así ha sido,
y de vez en cuando hemos peleado,
pero... jamás hemos olvidado,
que nacimos de un amor bendecido.
Me enseñastes gran hermano,
que el quererse y respetarse,
es un gran sentimiento humano,
que nunca podrá olvidarse.

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