Aún sin sentido, sin razón ni pensamiento, aún sin saber por qué te amo o por qué te pienso… pero sé que existes, y que eres mi sueño.
Mis ojos no mintieron cuando te prometieron amor, cuando liberaron tus besos presos de esos labios que esperaban pasión, créeme, no mentí, porque si mentí renuncie a tu amor.
Y ahora morirme no sería más desgracia que perderte para siempre. Ay mi vida no te vayas porque sé que esto es amor del verdadero y sin dudarlo ni un momento, te confieso que te quiero.
Quiero quererte y solo puedo amarte, quiero olvidarte pero vives en mi mente, quiero no oírte pero gritas en mi corazón.. quiero alejarme pero estas en mi.
Se habrán dicho muchas cosas, se habrán escrito muchos libros, pero mientras tu corazón no sienta, nada sabrás del amor verdadero.
En este instante en el que tu boca es mi objetivo y tus besos son mi alimento, en este instante en el que te amo, juro que nunca me separaré de ti.
Cuando te duele mirar hacia atrás y te da miedo mirar adelante, mira hacia la izquierda o la derecha y allí estaré, a tu lado.
Te vi y se paró el mundo, mi corazón comenzó a pertenecerte y mi menté me ordenó amarte, y yo obedecí, porque ya te amaba.
Te amo, te amé y te amaré, diga el mundo lo que quiera, que si cien años viviera firme soy, firme seré y al morir, confesaré, que fue un amor profundo que no olvidaré ni un segundo, ni dormido, ni despierto, y si te amé en este mundo, te amaré después de muerto.
La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor.
Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.
Si me atreviera a decirte lo que siento, me quedaría corto, pues las palabras faltarían a este sentimiento tan inmenso.
Amar de un modo altruista y sin inhibiciones de ninguna clase... sólo lo hacen nuestros corazones mientras somos niños.
Seducimos valiéndonos de mentiras y pretendemos ser amados por nosotros mismos.
He aquí mi secreto: no se ve bien más que con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a donde va?
¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?
El auténtico paraíso ya no está en el cielo: se encuentra en la boca de la mujer amada.
Le pondré nombre a cada uno de tus besos, a cada caricia, a cada palabra, a cada mirada, así no podré olvidarte, aunque te vayas y no recuerde tu amor.
Te acaricio con sonrisas y te miro con ternuras, quiero conquistar pasiones y corazones... pero me conformo con amarte.